Como es sabido, el año 1945 fue un período desfavorable para el gobierno y empresarios alemanes. Al concluir la Segunda Guerra Mundial, jerarcas del tercer Reich y colaboracionistas preveen que serían condenados como criminales de guerra y que los fondos alemanes estarían en peligro. Por lo tanto, no dudan en planear un escape a diversos estados y una fuga de divisas a países neutrales como Argentina.  Mercedes Benz fue una de las empresas que más facilitó dicho lavado de dinero y,  desde el momento en que se establece su filial en Argentina (1951),  las maquinarias y  sumas millonarias llegadas desde Alemania facilitaron una enorme fuga de capitales nazis, los cuales pasaron a instalarse en nuestro territorio.

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