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JORGE ANTONIO:
UNA ETERNA BuSQUEDA DE PODER

    Jorge Antonio (1917-2007) fue un hombre fundamental en  la historia del peronismo. Su figura estuvo involucrada en los secretos más íntimos del justicialismo.

   Antonio conoció a Perón en 1943- en una reunión social- y recién seis años después comenzó a formar parte de su grupo de consejeros. Nacido en La Boca, "Don Jorge", tal como lo apodaban sus allegados, era un empleado de la automotora Aguirre Mastro y Compañía.  De ese "status" pasó a liderar Mercedes Benz Argentina en el año 1951, una de las empresas más valuadas del país. La relación que construyó tanto con el poder peronista como con las altas esferas alemanas le permitió acumular una enorme suma de dinero.

  Corría el año 1950. Antonio decide viajar a Alemania atraido por una propuesta económica. En un encuentro con Whilhelm Haspel, presidente de la Junta Directiva de Mercedes Benz (MB) desde 1942, el empresario argentino asume la reponsabilidad de dirigir  una gran fábrica de autos y camiones . Argentina daría la bienvenida a una de las primeras industrias alemanas instaladas fuera de su territorio de origen. Luego de que desde Alemania se designe formalmente a Jorge Antonio como apoderado, en 1951 él mismo funda- de manera rápida e improvisada- la empresa protagonista de esta investigación: Mercedes Benz Argentina. Una estrategia secreta de ingreso de capitales financieros y humanos, que creció a grandes escalas. 

      En aquel tiempo, la empresa constituyó un refugio perfecto para aquellos nazis que intentaban romper el cerco de Nuremberg e impedir cualquier tipo de condena. Tal como se afirma en la nota principal, el hombre en cuestión recibió del mismo Daimler-Benz- cabeza de MB en Alemania- listas con nombres de criminales de guerra, supuestos “técnicos” que trabajarían en la fábrica, tales como Adolf Eichmann.

   El constante ladero del entonces presidente- y allegado de varios alemanes- pasó de trabajar por apenas un sueldo razonable en 1950, a dirigir más de 50 empresas cinco años después.  El poder oculto de Jorge Antonio salió a la luz en la década del ´50, período en que, con una gran fortuna entre sus manos, compró Radio Belgrano, Canal 7 y la agencia Télam. Para el año 1955 se calculó que su patrimonio superaba los 210 millones de dólares.

   La relación político-económica entre este hombre y Perón derivó en un lazo de amistad duradero. Antes de su derrocamiento en 1955, el entonces mandatario le dijo que se exiliaría en España y lo invitó a acompañarlo. Pero el empresario no quiso dejar el país. Pasado el tiempo, la Revolución Libertadora le confiscó importantes bienes e incluso provocó su encarcelamiento. Ante tal situación, este peculiar personaje no se quedaría con los brazos cruzados.  Junto con Héctor Campora, John William Cooke, y Guillermo Patricio Kelly, entre otros, se fugó de la carcel de Ushuaia. Tras el escape, el empresario se refugiaría en Chile y Cuba, donde fue protegido por la dictadura de Batista. 

   Su camino a sombras de la clandestinidad concluye en España, donde decide instalarse. Allí continuó su estrecho vínculo con el General Juan Domingo. En 1964, en Puerta de Hierro- Madrid-, fue Antonio quien logró que Carlos Menem estrechara la mano de Perón por primera vez.

   Tras su regreso a Argentina en 1976, fue indemnizado con 80 millones de dólares por la anterior confiscación de sus bienes. En aquellos años, a su vez, Antonio mantuvo un estrecho vínculo con Carlos Menem. 

   El poder y estrategias corruptas de este empresario se extendieron hasta la era menemista, durante la cual estuvo involucrado en casos como el tráfico de estupefacientes a través de su pesquera y se relacionó con el vendedor de armas sirio Monzer Al Ka-ssar.

   Los negocios con Mercedes Benz en los años ’50, el particular rol de consejero de Perón en la década siguiente y la amistad con Menem definen a Jorge Antonio: un personaje cuya gran cintura política y contactos de alto nivel lo resguardaron de cualquier peligro o denuncia.

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